El pueblo paraguayo y el católico es muy generoso, además, según las observaciones hechas por nuestros colaboradores, el pueblo paraguayo perdona y olvida con mucha facilidad las ofensas. Porque si recordábamos y tuviéramos un poco más de seriedad jamás, pero jamás permitiríamos que otro sacerdote quiera engañarnos con la idea de que puede ser un buen gobernante en el plano político.
Esto lo decimos debido a la pésima experiencia con Fernando Lugo, un ex obispo que le engañó al pueblo paraguayo bajo la apariencia de un religioso de vida recta, de una moralidad intachable y una profunda sensibilidad hacia los más pobres. Pero resultó ser un lobo voraz, aunque en realidad desde que empezó su ministerio sacerdotal fue un lobo con piel de oveja.
Pero la historia de Lugo solo nos sirve de premisa introductoria a lo que realmente apuntamos en este presente relato. Es típico que un sacerdote cuando quiere incursionar en política tenga una intensa actividad social, desarrollando proyectos sociales que en más de una ocasión no se cumple, pero le sirve para recorrer radios y canales de televisión, y es lo que precisamente está pasando con un conocido sacerdote de la zona del Alto Paraná, el padre Fulgencio Ferreira.
El nombrado sacerdote está prácticamente utilizando como trampolín un proyecto de rehabilitación de personas adictas a las drogas, está utilizando esto para ganar reconocimiento e ir convirtiéndose así en un líder político. Un caso similar fue el del ex sacerdote Nilo Mármol, quien fuera denunciado posteriormente por el dirigente liberal Luis Moriz como un embustero, porque el cura en cuestión hablaba a los 4 vientos de una comedor de niños inexistente.
Lastimosamente, el Barrio Ciudad Nueva del km 7 tiene una réplica del embustero Nilo Mármol; porque su proyecto Papetra es pura y simplemente una carátula para que él pueda conseguir futuros financiamientos a su postulación política.
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