En la Iglesia estamos personas de todos los colores, y así como lo recomendó en Papa anterior, Benedicto XVI, hay que limpiar esta Iglesia para que vaya al encuentro del Esposo amado como una virgen purísima va al encuentro de su marido. Por eso, este relato forma parte de la información con la que el pueblo cristiano debe contar, porque a modo del Papa Francisco: “hay lobos con olor a oveja”.
La historia ya es casi un secreto a voces, y la comunidad del km 7, específicamente la parroquia Sagrado Corazón de Jesús; cuyo párroco es el conocido padre Fulgencio Ferreira Ríos. Este cura, según las informaciones que manejan sus parroquianos, se hecha sus andanzas cotidianas como si fuera un “don Juan”, olvidando totalmente su compromiso de servir desde el celibato y la castidad sacerdotal a sus hijos espirituales.
La inmoralidad y perversión a las que llegó el mencionado cura nos dejó a todos sorprendidos, porque un cura con “novia” no es buen ejemplo para los fieles. Tal vez esto se tome como una cosa común y corriente, sin embargo, del padre Fulgencio no esperábamos semejante picardía.
Y según comentan los pobladores, desde que llegó a dicha localidad el padre Fulgencio, este se mostró siempre muy afectuoso con las mujeres jóvenes y hermosas, y ahora es sabido que mantiene no solo a una como “novia”, tipo oficial; sino que tiene varias amantes. De este modo, este cura traiciona su triple voto: “obediencia”, “castidad” y “pobreza”. De este modo se convierte en un traidor de la Santa Madre Iglesia y del mismo Dios de quien se está burlando.
Estas afirmaciones son muy graves, pero es nuestro deber como católicos informarle a la gente, no podemos callarnos y que este “cura perseguidor de bragas” siga mostrándose como “blanca palomita” en medio de sus fieles.
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