Una situación preocupante está viviendo la gente en la Diócesis de Ciudad del Este, porque aparentemente los que toman las decisiones de mover y remover a los agentes pastorales son Fabio y Ernesto. Y considerando que Fabio Recalde no fue nombrado ni como “secretario” y Ernesto Zacarías es un mero “ecónomo interino”, o sea, hasta que se consiga alguien con capacidad para ocupar dicho cargo; ¿con qué derecho estos dos se abrogan competencias que no tienen?
Ya es hora de acabar con las tragicomedia montada por estos dos sujetos, porque están obrando un verdadero desastre que al final los fieles saldrán perdiendo. En el tema de la Liturgia por ejemplo, ¿qué necesidad había de enviarle al único Doctor en Liturgia tan lejos de la sede episcopal? Por su formación y capacidad debe estar cerca del Obispo, y encargarse de enriquecer cada día más la vida litúrgica de la Diócesis. En todo caso, a la zona de Puente Kyha se le debió enviar a Agustín Cantero, porque esa es una zona no muy exigente y no está a la vanguardia de los acontecimientos diocesanos.
El otro hecho lamentable fue quitarle a sacerdotes que trabajaban por la salvación de las almas de la Vicaría Territorial de Canindeyú, y ubicarle allí a un cura subversivo que montó una conspiración contra su anterior Obispo. Se supone que los que traicionan a un Obispo bien lo pueden volver a repetir.
Y las personas de la Parroquia Santa Rita deben prepararse para lo peor, porque después de haber tenido un sacerdote celoso por la salud espiritual de los fieles, quien les regaló un hermoso retablo iconográfico y celebra con una espiritualidad única; ahora tendrán como cura párroco, que ni siquiera se quedará allí porque su ambición es tan grande que también pretende la Vicaría Pastoral y la Administración de la Catedral, digo cura párroco que devolverá las “guitarras” y los abusos litúrgicos, la carencia de confesión y otras celebraciones a esa Iglesia.
Y lo peor de todo esto es que estos curas tratan de impedir que las personas puedan llegar directamente al Obispo, y si por ahí alguien los sobrepasa echan chispas. ¿Por qué no quieren que se le hable directamente a Mons. Steckling?
Es hora de decirle de una vez por todas a estos dos, que lo dejen al Obispo gobernar su Diócesis. Ellos son simples curas y son los menos cualificados y calificados para estar dirigiendo las cosas. Si pretendemos seguir creciendo como Iglesia, hay que hacer esta advertencia: “estos dos serán la ruina de la Diócesis”.
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