Un hecho muy
llamativo y preocupante está sucediendo en la Diócesis de Ciudad del Este. ¿El
asesor jurídico es un masón? El Abg. Pablo Lezcano, que en la foto aparece, desde
que inició la persecución contra la Diócesis y el Seminario estuvo con los
rebeldes. Entonces, ¿cabe pensar que la masonería haya financiado las movidas
de los “mirandistas”? Pues este grupo recibió siempre instrucciones del ex
Arzobispo masón, Pastor Cuquejo. En base a estos datos, es posible crear
formular esta hipótesis.
La Iglesia Católica, a lo largo de su historia, ha siempre
condenado y desaconsejado a sus fieles la pertenencia a asociaciones que se
declaraban ateas y contra la religión, o que podían poner en peligro la fe.
Entre estas asociaciones se encuentra la masonería.
“La legislación actual que se rige por el Código de Derecho
Canónico promulgado por el Papa Juan Pablo II el 25 de enero de 1983, que,
en su canon 1374, señala: "Quien se inscribe en una asociación que maquina
contra la Iglesia debe ser castigado con una pena justa; quien promueve o
dirige esa asociación ha de ser castigado con entredicho".
Esta nueva redacción, sin embargo, supuso dos novedades
respecto al Código de 1917: la pena no es automática y no se menciona
expresamente a la masonería como asociación que conspire contra la Iglesia.
En ella se señala que el criterio de la Iglesia no ha
variado en absoluto con respecto a las anteriores declaraciones, y la
nominación expresa de la masonería se había omitido por incluirla junto a otras
asociaciones. Se indica, además, que los principios de la masonería siguen
siendo incompatibles con la doctrina de la Iglesia, y que los
fieles que pertenezcan a asociaciones masónicas no pueden acceder a la Sagrada
Comunión.
En este sentido, la Iglesia ha condenado siempre la
masonería. En el siglo XVIII los Papas lo hicieron con mucha más fuerza, y en
el XIX persistieron en ello. En el Código de Derecho Canónico de 1917 se
excomulgaba a los católicos que dieran su nombre a la masonería, y en el de
1983 el canon de la excomunión desaparece, junto con la mención explícita de la
masonería, lo que ha podido crear en algunos la falsa opinión de que la Iglesia
poco menos que aprueba a la masonería”.
Bien, tras conocer
la postura firme y clara de la Iglesia respecto a la masonería, ¿cómo es
posible que los curas de la vieja escuela que se hicieron con la Diócesis hayan
contratado a un simpatizante y tal vez miembro de la masonería como asesor
jurídico?
Ya de por sí este
dato debe llamarnos la atención, además de los antecedentes. El Abg. Pablo
Lezcano Ferreira estuvo desde el inicio de la persecución contra la Diócesis de
Ciudad del Este y contra el Seminario Mayor San José, asesorando y patrocinando
las denuncias irresponsables del grupo liderado por Javier Miranda.
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