Los curas que le lamen los pies mañana le escupirán en la
cara. Esos que ahora toman el control de la Diócesis y tratan de mostrarse tan
proactivos y eficientes son los que causarán la ruina de toda la Iglesia en
Alto Paraná y Canindeyú. No hay que olvidar que Judas el traidor mojaba el pan
en el plato de nuestro Señor.
Uno no logra superar su problema de alcoholismo y a las
15:00 Hs. ya se lo encontraba con los ojos colorados, de tal manera que ni
siquiera ya podía confesar y las pocas veces en que lo hacía, apenas daba la
absolución; durando la confesión más larga un minuto. Este es un hecho
lamentable, porque se supone que el cura debe buscar la salvación de las almas
por encima de cualquier otra cosa.
El otro lleva la marca del maligno en su corazón, porque la
avaricia corroe su alma. Se arroga poderes episcopales y pretende alejarle a
todos los que para él representen un peligro, o sea, todos aquellos que tengan
más de dos dedos de frente. Así está condenando a miles de católicos nuevamente
a la ignorancia, porque nadie puede dar lo que no tiene, ¿y qué puede dar un
simple bachiller en comparación a lo que daría un Doctor?
El pueblo católico de Alto Paraná debe despertarse y exigir
justicia. Porque estos dos nefastos personajes están expulsando a los mejores
sacerdotes hacia zonas lejanas, y ellos intentan tomar control de una Diócesis
con un crecimiento muy grande. ¿Acaso no nos estamos dando cuenta de que a
estos solo les interesa vengarse y asegurarse una buena pensión?
Señor Obispo, aleje a esos dos "chupacabras" de su
entorno, porque llevarán a la Iglesia diocesana a la ruina. Y para que esto no
parezca una simple acusación, vea los temas de conversación que tienen estos,
¿los vio ya rezando la Liturgia de las Horas o el Rosario? ¿Hablan al menos de
los grandes temas teológicos o solo de fútbol y de chismes de pasillo?