P. se enteró de que un burro había entrado al obispado de Ciudad del Este, y por supuesto, muy preocupado, fue a consultar mejor el asunto con su amigo J.M. Quien, para pesar de P.P., le confirmó el rumor, dejando de ser un rumor para convertirse en la más dolorosa realidad.
P. (sorprendido): ¿Un burro? Sí, un burro. Pero cómo puede darse esto, si una institución tan respetada y desde dónde salen las directivas más importantes para el gobierno de la Diócesis. De acá salen las principales indicaciones para los fieles, yo me niego a aceptar que seremos dirigidos por un BURRO.
J. ¿Estás hablando del nuevo Obispo?
P. No, en absoluto, sino de su colaborador. Uno que escuché que fue un tiempo rector en el Seminario de CdE y fue echado precisamente por burro, además de sus relaciones muy íntimas con ciertos narcotraficantes de la zona. También se decía que éste andaba de vacaciones por Brasil con una mujer casada, una rubia despampanante. A propósito, te cuento que tengo una foto, pero ahora mismo no sé dónde la metí, donde el “burro” le pone crema por la espalda a la señora de su amigo.
J. (incómodo): Lo que me estás contando es muy malo, creo que no podemos permitir que esta clase de hombre siga como sacerdote en CdE, tal vez debemos presentar estas pruebas a Javier Miranda (el perseguidor de curas) para que lo denuncie ante el Papa Francisco, ya que él tiene una línea directa con Su Santidad, válgame Dios…
P. Este es un hecho lamentable, porque la gente de La Blanca, de dónde era la señora rubia, conoce esta historia, y siendo Javier Miranda de esa zona, significa que es su cómplice. Javier sabía del romance del “burro” sacerdote con esta mujer, pero jamás lo mencionó en ninguna denuncia, para que veas mi amigo…
J. (turbado): Pero cómo puede ser esto, no podemos pemitir…
P. A mí me duele mucho que esta clase de cura haya tomado nuestra Diócesis, porque lo único que podemos esperar de él es que dé el pésimo ejemplo de que los curas pueden tener amantes, incluso pueden acostarse con mujeres casadas…y no solo eso, al cura “burro” le enviaba la rubia, cuando no podía ir ella, a su empleada para que le hiciera algunos favores. Y en la habitación del cura (dentro del Seminario).
J. Hay que rezar hermano, hay que rezar para que Dios se apiade de nuestra querida Diócesis.
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