ABC miente, tergiversa, manipula, engaña y reprime

ABC Miente, tergiversa, manipula, engaña, muestra medias verdades, pero también lo hacen todos los demás medios empresariales cuando entran en juego sus intereses económicos y políticos. Ahora, en complicidad con algunos viejos obispos y muy corruptos según se cuenta en los pasillos episcopales, se metió a trastocar el territorio de un obispo que estuvo trabajando de un modo totalmente opuesto a como piensan, los obispo primero, y luego al Director de ABC, a quien el “despertar del pueblo” le traería su ocaso mediático.

El poder económico de este diario y la capacidad de marcar la agenda no solo de los medios, sino de instituciones públicas y la sociedad en general. Esto podemos ver en el miedo de los jueces y fiscales por ejemplo, de ser titular de alguna edición y de forma poco decorosa; convirtiéndose este medio en prácticamente el “verdugo” de quienes considera como enemigos. Y vean que la amistad de ABC no cuesta mucho dinero, basta entrar en el juego de las mentiras.

En los últimos días este medio siguió con su antiguo modo de proceder, basándose en fuente probadamente falsas, y ni siquiera se puede presumir que lo hayan hecho de buena fe ya que sus mismas fuentes carecen de legitimidad, por no decir la suficiente seriedad como para dar informaciones acabadas y certeras.

Que la crítica o el simple llamamiento a la reflexión sobre lo que dice un medio no puede, bajo ningún punto de vista, ser considerado una pretensión autoritaria, venga de donde venga. Por tanto, no hay elemento alguno para decir que con esto se quiere acallar a los medios empresariales de comunicación, sino dar elementos a la gente para que reflexione.

Es preocupante esta actitud intolerante, autoritaria y corporativista de los medios, no sólo de ABC, sino de todos los medios y entidades que, lejos de practicar la tolerancia y responsabilidad que exigen a los demás sectores sociales. No estamos lejos de que este medio empiece a criminalizar quejas justas y usos del derecho, de la libertad de expresión, que tanto ellos pregonan, pero apenas alguien quiere usarla en contra de sus intereses, ya le ponen el mote de “criminal”.