Las malas decisiones le cuestan caro al común de los mortales, pero también a los encumbrados que fueron revestidos por el poder de Dios para regir su pueblo. Este bloguero, católico preocupado por el rumbo que está tomando la Diócesis del Este, una vez más se atreve a dar su parecer sobre el grupo muy mal intencionado liderado por Javier Miranda.
Este grupo que usurpó la representación de los laicos del Alto Paraná y Canindejú, que sin ningún escrúpulo estuvo mostrándose como el “grupo justiciero” que persigue lo que ellos consideraban “aquel corrupto y corruptor”. Engañando de esta manera a muchos fieles, porque lo que hicieron fue oponerse constantemente a la voluntad de Dios.
La voluntad de Dios que se manifestó en las obras realizadas por el anterior Obispo: desde la creación de un Seminario Mayor y luego una Menor, con la formación de cientos de seminaristas de los cuales muchos hoy en día ya son sacerdotes y sirven a los fieles; hasta la atención de que le fuera dada a innumerables grupos de retiros que predicaron el Evangelio a miles de personas.
Este grupo que usurpó la representación de los laicos del Alto Paraná y Canindejú, que sin ningún escrúpulo estuvo mostrándose como el “grupo justiciero” que persigue lo que ellos consideraban “aquel corrupto y corruptor”. Engañando de esta manera a muchos fieles, porque lo que hicieron fue oponerse constantemente a la voluntad de Dios.
La voluntad de Dios que se manifestó en las obras realizadas por el anterior Obispo: desde la creación de un Seminario Mayor y luego una Menor, con la formación de cientos de seminaristas de los cuales muchos hoy en día ya son sacerdotes y sirven a los fieles; hasta la atención de que le fuera dada a innumerables grupos de retiros que predicaron el Evangelio a miles de personas.
¿Y qué tenemos ahora en Ciudad del Este? Una Diócesis que va en decadencia y de un modo bastante acelerado. Pero lo preocupante no termina acá, porque hasta las mejores obras muchas veces sufren decadencia debido a la incompetencia de los que se encargan de garantizarles supervivencia y progreso, como es el caso de esta Iglesia local que ahora mismo está en manos de unos consejeros episcopales incompetentes, empezando por el Vicario Episcopal.
Lastimosamente la decadencia se irá acentuando porque los nuevos encargados de la Diócesis le tienen pavor al grupo de Javier Miranda, y están dejándose manipular por estos que solo están tratando de recuperar el status perdido. Porque en una época estas personas tuvieron a su cargos la “bolsa” y a modo de Judas Iscariote metían la mano en la administración diocesana.
Esto irá empeorando y los fieles serán testigos de la destrucción de las obras bendecidas por Dios. ¿Y quiénes son responsables? Los “curas mirandistas”, los mismos que firmaron para lo rajaran al Obispo y que ahora tomaron el control de la Diócesis, impidiendo que Mons. Steckling gobierne de manera libre.
Los dos últimos párrafos presentan dos situaciones aparentemente contradictorias, sin embargo, solo son situaciones complementarias. Los nuevos encargados se creyeron con la capacidad suficiente para mantener una obra tan grande y ahora se les cae en pedazos. Y esto fue aprovechado por el grupo de Miranda para hacerles actuar de acuerdo a sus intereses.
La segunda situación se da porque los “curas de la vieja guardia” simplemente tomaron el “control” y empiezan a disfrutar del botín. ¿Acaso el obispado sigue teniendo varias secretarías atendiendo a la gente? ¿Dónde están las vicarías para la familia, Pastoral Social o la misma Parroquia Personal? ¿Acaso creen que la decisión de arruinar la Diócesis fue decisión de Mons. Steckling?